Difícil salida la que tenía el Olímpico en esta jornada porque visitaba a un equipo que todavía no había sido derrotado después de cuatro jornadas en las que se había enfrentado a equipos punteros.
En un campo pequeño cualquier cosa podía pasar y por eso el conjunto de Lillo salió con un planteamiento de presión en el centro del campo para evitar que el peligro rondara cerca del área totanera. El equipo estaba muy compacto y preparado para cualquier posible salida de la tela de araña en la que se convirtió el área central.
Parecía un sistema defensivo, pero nada más lejos de ello, como demuestran las ocasiones una vez más falladas por los delanteros olímpicos. El Thader estaba maniatado por el buen orden de los totaneros y no llegaban ni una sola vez con peligro a la portería de Ginés. Así terminó la primera parte, donde no hubo juego brillante por ninguno de los dos equipos, con lo que se aventuraba un posible empate sin goles.
La segunda parte fue un monólogo de los de Lillo, que reordenados por éste y con unos retoques en la alineación inicial, se vio claramente que querían ir a por el partido. Llegó un nuevo partido; el Olímpico empezó a tocar y a triangular acercándose al área local con más peligro que lo había hecho en la primera mitad.
Siempre existía el peligro latente de un contragolpe, o un chut, una falta, por parte de los locales, que debido a las escasas dimensiones del campo hacía ver la posibilidad de que pudieran marcar.
Pero los rojiblancos seguían en su tónica de tener la posesión del balón, el mando del partido y las ocasiones; la más clara llegó faltando veinte minutos en una combinación de la delantera visitante que dejó a Sergio en un mano a mano con el portero que ganó éste último.
Y el gol; tuvo que ser a falta de quince minutos en un buen saque de córner al segundo palo por parte de Cristian Mayol, que Maxi cabeceó de forma impecable al fondo de la red.
No se conformó el Olímpico con el resultado y siguió insistiendo en su juego que tan buen resultado le estaba dando, sobre todo en esta segunda mitad. Así, acabó el partido después de que Maxi tuviera otra gran ocasión, y que el árbitro privara a los visitantes de un clamoroso penalti por una clara mano de un defensa del Thader.
Tres puntos que darán más confianza a los futbolistas y técnicos del primer equipo totanero para recibir el próximo domingo al colíder Muleño, en el “Juan Cayuela”.